Internacional

Cuba ya prueba en La Habana la primera vacuna de Latino América

Cuba confirmó este sábado 959 nuevos casos de Covid-19 y seis fallecidos. Francisco Durán García, director nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública, dijo con pesar que entre los muertos está la primera paciente en edad pediátrica del país.

Aunque son pocos casos, el anuncio fue de gran pesar. Cuba ha controlado bien la pandemia. Mejor que casi todos los países del Continente Americano.

Pero sobre la mala noticia por la muerte de la niña vino con otra. Ahora una buena. Habla el doctor Luis Herrera Martínez, ingeniero genetista y uno de los expertos que en los años ochenta gestaron el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, asesor científico y comercial del grupo BioCubaFarma. Cubadebate, medio oficial de la isla, lo entrevista con las buenas: la ansiada vacuna para la COVID-19 avanza en fase 3. Y de hecho, son cinco candidatas a vacuna, unas más adelantadas que obra: Soberana 01, Soberana 02, Soberana Plus, Abdala y Mambisa.

De ellas, dos llevan delantera: Soberana 02 y Abdala.

Lo más importante para el doctor Herrera y sus camaradas es transmitir el rigor de los desarrollos cubanos. Dejar claro que si esa vacuna sale de la isla es porque tiene todos los estándares de calidad. El Gobierno de Argentina dijo a CNN que tiene sus ojos puestos en dos vacunas cubanas y ya habla de compras masivas.

“¿Qué le pasó a AstraZeneca?”, explica el doctor Herrera. “Que estudió 30 mil individuos en la fase III y ahora, cuando se vacunan millones de individuos, aparecen efectos secundarios que no podían aparecer anteriormente, porque estaban fuera de la frecuencia. Cuando se hace la extensión con el estudio de intervención que se está haciendo en La Habana, que va a llegar a más de 1.5 millones de personas, podrá haber más información sobre grupos mayores a los que aún no se ha llegado”.

La entrevista es parte de los anuncios que ha hecho el Gobierno cubano recientemente. Se sabía que desarrollaba una vacuna pero repentinamente todo volvió al sigilo. Aunque Cuba tiene un sistema de salud muy desarrollados, algunos pudieron dudar de su capacidad para responder a la emergencia. Apenas en febrero pasado, Candace Johnson, presidenta del Roswell Park Center, dijo a The New York Times: “A veces la gente piensa que, por ser Cuba, ellos simplemente fabrican estos medicamentos en un garaje y se los dan a la gente, y eso no es cierto. Están usando exactamente los mismos altos estándares que cualquier otro país que produce estos medicamentos”.

Es justo The New York Times el que da detalles, este lunes, de los avances en el Instituto de Vacunas Finlay. Es la institución que trae el desarrollo de la vacuna Soberana 02. Su desarrollo se hizo con una parte de la proteína del pico de coronavirus, fusionada a una vacuna estándar contra el tétanos para estabilizarla. Soberana 02 también contiene hidróxido de aluminio como adyuvante para estimular el sistema inmunológico.

Después de probar Soberana 02 en animales, agrega el Times, los investigadores de Finlay comenzaron un ensayo de fase 1 en octubre, seguido de un ensayo de fase 2 en diciembre. En enero, Cuba llegó a un acuerdo con Irán para probar sus vacunas en un ensayo de fase 3. El 3 de marzo, el Instituto de Vacunas Finlay registró un ensayo de fase 3 para Soberana 02, con planes de reclutar 44 mil 010 participantes en La Habana.

“Cuba tiene previsto producir 100 millones de dosis de Soberana 02 para vacunar a toda su población. Cuba tiene esperanzas en la vacuna como fuente de beneficio económico para la isla”, dice el diario.

No es todo. El Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Cuba lanzó a fines de noviembre un ensayo sobre una vacuna contra el coronavirus llamada Abdala. El nombre proviene de un poema del poeta del siglo XIX José Martí. La Abdala consiste en una parte de la proteína de pico de coronavirus llamada dominio de unión al receptor. El 1 de febrero, el centro celebró una conferencia de prensa para anunciar el inicio de una prueba de Fase 2. El 18 de marzo se lanzó una prueba de fase 3 con hasta 48 mil participantes.