Septiembre terminó con ventas a la mitad de lo habitual, en el mercado municipal de esta isla, muestra clara de las dificultades económicas que se padecen en la llamada “temporada baja” turística.
Locatarios entrevistados señalan que la afluencia de compradores es notoriamente inferior, por lo que ellos han comenzado a comprar menos producto, lo que hace que éste les salga más caro.
Carniceros señalaron que antes sacrificaban una res cada tres o cuatro días, pero ahora lo deben hacer cada semana.
Pescaderías señalan que además que las menores ventas, deben lidiar con el hecho que los consumidores buscan productos más económicos, lo que significa que muchos productos ya tienen escasa venta.
Vendedores de frutas indican que mucho de su inventario se descompone. Como tienen que comprar menores cantidades, han tenido que subir precios.
Las esperanzas de los locatarios están depositadas en noviembre, que es cuando comienzan a llegar nuevamente los cruceros, y con ellos la derrama económica en esta isla.