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¿Por que nos gustan tanto los chismes? La UNAM explica este increíble proceso en tu cerebro

Todos lo hemos hecho en algún momento: escuchar un chisme intrigante o compartir un secreto jugoso sobre alguien. ¿Pero alguna vez te preguntaste por qué los chismes son tan irresistibles? La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha desentrañado este misterio, y la respuesta es sorprendente: resulta que los chismes pueden ser buenos para tu salud mental.

Primero, aclaremos qué es un chisme. Según la UNAM, un chisme es información que se comparte con la intención de difamar o dañar la reputación de alguien. Aunque esto suena negativo, la práctica del chisme ha existido de dos formas a lo largo de los años: funcionalista e interaccionista.

  • Funcionalista: En este caso, divulgar el chisme busca obtener algún beneficio, ya sea personal o social.
  • Interaccionista: Aquí, el chisme se utiliza para interactuar socialmente en un grupo pequeño, y su impacto suele ser limitado.

A pesar de que los chismes a menudo implican hablar mal de alguien, la UNAM argumenta que ser un poco chismoso puede ser beneficioso para tu salud mental. ¿Por qué? La respuesta radica en cómo nuestro cerebro reacciona ante el chisme.

El neurólogo Eduardo Calixto explica que escuchar chismes estimula nuestro cerebro al hacernos crear e imaginar historias. Este proceso desencadena la liberación de neurotransmisores de placer, como la dopamina, la betaendorfina y el cortisol. Estas sustancias químicas ayudan a calmar nuestro estrés y nos hacen sentir bien. Estas sustancias son neurotransmisores que el cerebro produce en respuesta al estrés o al ejercicio. Actúan como analgésicos naturales, reduciendo el dolor y creando una sensación de bienestar y euforia.

Además, como los chismes comparten información “prohibida” de alguien, escucharlos se asemeja a un proceso de goce, relajación y placer. Romper las reglas, aunque sea de manera indirecta, puede ser emocionante y satisfactorio.

Pero, ¿qué dice la psicología sobre las personas chismosas? Varios estudios psicológicos han demostrado que ser un poco chismoso puede ser beneficioso para nuestra salud mental. Compartir historias con otros facilita la formación de alianzas sociales valiosas.

¿Podría ser cuestión de género? Según un análisis publicado en el “Social Psychological and Personality Science Journal,” las mujeres suelen ser más propensas al chisme que los hombres. Sin embargo, en su mayoría, las mujeres se limitan a compartir información sobre la persona de la que están hablando, sin tomar una postura positiva o negativa.

Así que, no hay porque esconderlo, aunque los chismes pueden tener una reputación negativa, la ciencia sugiere que escuchar o participar en ellos de vez en cuando puede tener beneficios para tu salud mental. Al activar la liberación de neurotransmisores de placer y ayudar en la formación de alianzas sociales, los chismes pueden ser una forma sorprendente de mantenernos emocionalmente equilibrados.

Así que la próxima vez que te sientas tentado a escuchar un chisme, ¡no te sientas culpable! Puedes considerarlo como un pequeño regalo para tu cerebro y tus relaciones sociales.