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Estos son los retos de México frente a la cuarta revolución industrial o industria 4.0

Falta de formación de capital humano en el manejo de nuevas tecnologías, insuficiente conectividad y bajo nivel en inversión en tecnología, son tres de los principales desafíos que debe resolver México para desarrollar la industria 4.0.

La también llamada cuarta revolución industrial, concepto desarrollado en Alemania a partir de 2010, implica la digitalización de procesos industriales a través de la interacción de nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial (IA), con las máquinas y la optimización de recursos, de acuerdo con información del IPN en su página web.

Los pilares de esta nueva etapa industrial son el análisis y simulación de datos en tiempo real; el uso de robots que adquieren habilidades y nuevas capacidades que les permiten trabajar sin un supervisor humano; el Internet de las Cosas; aplicaciones y datos compartidos en diferentes ubicaciones y sistemas (cloud computing); la impresión en 3D, y la realidad aumentada.

Principales ventajas de la industria 4.0, según el IPN

  • Mayor eficiencia
  • Más productividad
  • Seguimiento y análisis de datos de manera instantánea
  • Virtualización de procesos de producción
  • Descentralización de la toma de decisiones

La industria 4.0 implica la promesa de una nueva revolución que combina técnicas avanzadas de producción y operaciones con tecnologías inteligentes que se integran en organizaciones, personas y activos, de acuerdo con un reporte de la consultora internacional Deloitte.

Industria 4.0 y nuevas tecnologías

La industria 4.0 está caracterizada por la intervención de nuevas tecnologías como la robótica, la analítica, la inteligencia artificial, las tecnologías cognitivas, la nanotecnología y el Internet de las Cosas, entre otras, detalla la firma en un análisis publicado en 2017 llamado “Fuerzas del cambio: Industria 4.0”.

Deloitte señala que las organizaciones deben identificar las tecnologías que mejor satisfacen sus necesidades para invertir en ellas, y que si las empresas no comprenden los cambios y oportunidades que trae consigo esa nueva etapa industrial corren el riesgo de perder cuota de mercado.

“Si bien la Industria 4.0 ha crecido para incluir operaciones comerciales, la fuerza laboral y la sociedad en sí misma, sus raíces en la cadena de suministro y la fabricación constituyen la columna vertebral del mundo tal como lo conocemos”, apunta.

“De qué están hechas las cosas, cómo están hechas, dónde están hechas y cómo llegan a nosotros, y dónde se van cuando las necesitamos arreglar o cuando terminamos de usarlas: todo esto es parte del ciclo de vida de producción”, agrega.

La compañía considera que la industria 4.0 probablemente cambiará la forma en que hacemos cosas, pero también podría modificar cómo son trasladadas (a través de logística y distribución autónoma), cómo los clientes interactúan con ellas, y las experiencias que esperan tener al interactuar con las empresas.

“Más allá de eso, podría generar cambios en la fuerza laboral, lo que requeriría nuevas capacidades y roles”, expone.

Y ahí es donde está uno de los retos para México.

Capacitación

El país avanza lentamente hacia la industria 4.0, con una manufactura que ya es competitiva por los bajos costos de la mano de obra, pero que cuando llegue el momento en que disminuya el precio de las tecnologías digitales y se amplíe su implementación, inevitablemente se tendrá que sustituir a una parte de las personas, e integrar sistemas de producción más avanzados, por lo que la capacitación del personal es una tarea pendiente, según una perspectiva del líder de Productos Industriales y Manufactura de Deloitte México, Manuel Nieblas, publicada en el página de la empresa en el país.

Pese a que existe poca evidencia sobre una reducción de la demanda de trabajadores en el país por la IA, el panorama parece complejo si se toma en cuenta que solo el 1.5% de los adultos tiene las competencias más altas para resolver problemas en ambientes con amplios niveles tecnológicos, según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).

El porcentaje es inferior frente al 5.1% promedio que obtuvo la organización en 2019, de acuerdo al Programa para la Valoración Internacional de Competencias de Adultos, un estudio que la OCDE aplica para evaluar competencias cognitivas y relacionadas con el ambiente laboral.

Por otro lado, el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento, indicó en un estudio de 2018 (encargado por Microsoft) que el porcentaje de trabajadores mexicanos que tenían habilidades complementarias a la IA y otras tecnologías era de 14%, un nivel bajo frente al 33% que tenía Estados Unidos entonces.

Los autores de ese análisis, llamado “Inteligencia artificial y crecimiento económico. Oportunidades y desafíos para México”, consideraron que una rápida e intensa adopción de IA y otras nuevas tecnologías asociadas no se daría espontáneamente, sino que requería de acciones de política pública concretas, y una de las líneas de acción propuestas es la creación de una estrategia de política industrial 4.0, que estimule y facilite una rápida y masiva adopción de la IA.

Conectividad

Por otro lado, México tiene aún un problema de conectividad. Hacia el cierre de 2022 había 5.6 millones de personas de seis años y más que no tenían acceso a internet, de acuerdo con la consultora especializada en comunicaciones y tecnología The Competitive Intelligence Unit.

La organización refiere en un reporte de mayo que en particular los mexicanos en los niveles socioeconómicos más bajos padecen de una “discapacidad digital”, debido principalmente por limitaciones de su poder adquisitivo y disponibilidad de acceso a estos servicios de infraestructura.

La falta de conectividad puede impactar negativamente en la manufactura, expone el directivo en Deloitte México: “Por ejemplo, sin la suficiente información recopilada por el Big Data, no se puede explotar el estudio de patrones de demanda para el cálculo de la producción, una de las principales características de la industria 4.0”.

Hasta 2019, solo 23% de las mipymes en México tuvo solvencia para migrar hacia las nuevas tecnologías digitales, de acuerdo con el ensayo “Hacia una industria 4.0 en México: Potencialidades, desafíos y necesidades”, del investigador del IPN Cesaire Chiatchoua, publicado en 2022.

Inversión en tecnología

Chiatchoua refiere que para continuar con el liderazgo en innovación, las industrias deben invertir en centros de investigación y desarrollo (I+D), y vincularse fuertemente con otros actores.

“Si bien es cierto que México hizo un esfuerzo en aumentar el gasto en I+D como porcentaje del PIB desde 0.6%, sigue siendo inferior al promedio de 2.4% de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico”, compara con datos a 2015.

Sugiere que a través del sector empresarial y el gobierno se debe invertir cerca de 1.5% del PIB durante los próximos cuatro años.

Al respecto, Manuel Nieblas, de Deloitte México, dice que el país debe esforzarse por lograr una mayor interacción entre empresas, gobiernos y universidades, a fin de unir fuerzas para generar condiciones técnicas y los recursos de capacitación necesarios para promover el talento alrededor de la industria 4.0.

“A nivel global se ha demostrado que, al momento de enfrentar un reto, el trabajo conjunto funciona mejor que un esquema aislado”, afirma en su perspectiva.