El expresidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, aseguró que no tiene problemas con el alcohol. Asimismo, comentó que sólo fue una calumnia que alguien inventó en su contra.
“Me acusan de otras cosas que me dan mucho coraje como por ejemplo, de este supuesto alcoholismo, pues no lo soy, por supuesto que me gusta y disfruto estar con un buen vino con mis amigos, me gusta cantar, me gusta la trova cubana y ahora soy más bien de Joaquín Sabina y me gustan los mariachis”, expresó.
Asimismo, el expresidente dijo que goza de buena salud física y afirmó que su supuesto alcoholismo “ha sido una infamia terrible que le han hecho a la mala”.
“Yo cuando fui Presidente crucé a nado la Bahía de Acapulco dos veces, todavía el año pasado me eché 100 kilómetros en bicicleta, ahorita traigo lesionada la pierna porque me rompí un ligamento jugando futbol, pero honestamente considero que gozo de una buena salud física y ha sido una infamia terrible que me han hecho a la mala”.
Por último, Felipe Calderón explicó que la mala fama surgió a raíz de que un periodista lo acusó de ser un alcohólico, pero agregó que meses después reconoció públicamente haber inventado ese rumor.
“Me la hizo un periodista, Federico Arreola un día que nos echamos un entre muy fuerte, mediáticamente me acusó a la mala de que yo era un alcohólico, meses después él reconoce públicamente y se lo reconozco, es que dijo: ‘yo inventé esa calumnia contra Felipe Calderón. No es alcohólico, no me consta y lo hice porque él me había difamado’. Pero la verdad es que fue un invento, ya lo reconoció el autor y esos circos me molestan, no debieran molestarme” concluyó.
Aunque cabe recordar que en un relato de Manuel Espino Barrientos, en el libro de Olga Wornat, Felipe el Oscuro, quien en 2009 ostentaba el cargo de secretario general en el PAN, aseguró que en diversas ocasiones tuvo que retirarlo completamente ebrio de algunas cantinas, que incluso llamaban a su casa pidiendo que fuera a recogerlo, ya que Calderón Hinojosa ya ebrio se ponía muy necio.
Narra en un pasaje del libro que un “Felipe Calderón (ya pasado de copas) explotó y la sobremesa se interrumpió (esto al hacer referencia a su padre). Fuera de sí, pasado de copas, Felipe golpeaba la mesa una y otra vez. Manuel Espino lo observaba, azorado”, describe la autora del libro.
“No por los exabruptos producto del alcohol que eran habituales (continúa Olga Wornat), sino por lo que dijo sobre su padre, hasta ese momento un intocable, un prócer del blanquiazul. Felipe Calderón nunca hablaba de su progenitor, pero esa vez el rencor acumulado durante años salió a flote de la peor manera”, tan solo un botón de muestra narrado por quien fue su mejor amigo, Manuel Espino.
Manuel Espino al rescate del alcohólico
“Felipe estaba borracho peleándose a gritos con un mesero, porque quería más bebidas”. “Lo arrastramos a la habitación, le tuvimos que sacar los pantalones y acostarlo”. “Me alejé porque no estaba dispuesto a aceptar sus maderadas. Toma alcohol y se pone peor, tiene un grave problema con eso”…
Otro fragmentos del libro de Olga Wornat, “Felipe, el oscuro”, que ha sido un éxito de ventas y un comentario obligado entre los círculos más altos de la política mexicana.
Las revelaciones confirmarían las sospechas que muchos sectores de mexicanos tenían respecto del supuesto alcoholismo del expresidente. Algo que él siempre negó en todos los tonos.
Pero que hoy corrobora un testigo clave: Manuel Espino, presidente del partido Acción Nacional entre el 5 de marzo de 2005 y el 8 de diciembre de 2007 y quien de esa forma accedió al círculo más cercano del expresidente.
Las revelaciones de Espino confirmarían las sospechas que muchos sectores de mexicanos tenían respecto del supuesto alcoholismo del expresidente.
“Fui su cómplice en muchos ilícitos, pero él nos mintió y nos traicionó a todos”.
Ante este último comentario la propia autora del libro Olga Wornat, parece sorprendida:
“Esa era la única vez en la vida que un dirigente político me confesaba que había cometido ilícitos”.
Testimonio de “Pancho Cachondo”
Francisco Solís Peón —conocido como “Pancho Cachondo”, y expulsado del PAN de mala manera: apareció en una foto desnudo y con un logo del albiazul tapándole el pene— fue uno de los más cercanos durante la juventud del expresidente. Y narra:
“Felipe comenzaba a tomar en la tarde o desde temprano, y no paraba hasta terminar muy borracho. Yo me llevaba bien con Margarita (Zavala), me prestaba sus apuntes y me contaba de su relación con Felipe… ella se cansaba de sus cambios de humor, sus estallidos de cólera. Margarita se cansaba y lo abandonaba, y él se ponía borracho y amenazaba tirarse de un puente…”.
Desde que Felipe Calderón llegó a Los Pinos en 2006, dio mucho de qué hablar y dentro de los temas más comentados sobre el mandatario en los últimos años se encuentra su presunto alcoholismo.
La supuesta adicción del mandatario fue tema de debate en San Lázaro donde, en febrero de 2011, diputados del Partido del Trabajo (PT) mostraron una manta en la que se hacía alusión al hecho. El mismo tema sería comentado por Carmen Aristegui en su espacio de noticias en MVS, lo que le valdría su salida de la emisora, aunque volvería a ésta poco tiempo después.