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Ai Weiwei: “China y Rusia necesitan cooperar para compensar los conflictos ideológicos con Occidente”

El artista y disidente chino reprocha el doble rasero de los países que ahora acogen ucranios y antes rechazaron refugiados

Ai Weiwei (Pekín, 64 años) conoce la persecución política desde la infancia, cuando acompañó a su padre, el poeta chino Ai Qing, a su destierro en la pequeña Siberia. Desde que en 2015 abandonó China, donde fue acosado por las autoridades por sus críticas a la opresión del sistema, ha redoblado su activismo político a favor de los refugiados. Establecido ahora en una casa del Alentejo portugués, Weiwei censura la selección hecha por los países europeos de los desplazados por los conflictos, que han abierto los brazos a los ucranios y se los cerraron a los sirios. Está convencido de que Europa perderá esta guerra y que sus grandes triunfadores serán China y Estados Unidos. La entrevista se realizó por correo electrónico.

Pregunta. ¿Cuál es su reflexión sobre esta guerra?

Respuesta. Todas las guerras del siglo XXI deben ser condenadas y paradas. La paz es la culminación de la civilización humana a lo largo del tiempo, la paz garantiza nuestro desarrollo futuro. Esta guerra iniciada por Rusia es salvaje. Su crueldad escapa nuestra comprensión. Rusia tiene que parar esta guerra y regresar el orden internacional consensuado: no puede violarse la integridad territorial ni la dignidad de ningún país. Este principio se adoptó después de la Segunda Guerra Mundial, junto a la fundación de legitimidad y justicia en la comunidad internacional. Obviamente, las dos partes de una guerra tienen diferentes peticiones. La guerra es la continuación de la política, así que todas las partes involucradas, incluyendo Europa, Estados Unidos y China, deberían regresar a la mesa de negociación y alcanzar un acuerdo de alto el fuego.

P. Usted fue un refugiado. Hay más de cuatro millones de desplazados por esta guerra, pero hay otros refugiados que los europeos ignoran.

R. Ante el gran drama de esta guerra, observamos un fenómeno único. Cuatro millones de refugiados han salido de Ucrania, la mayoría mujeres, niños y personas mayores. Están recibiendo un apoyo total de los territorios europeos de alrededor. Me siento satisfecho por los refugiados de Ucrania. Ningún refugiado desea dejar su país y su tranquilidad por voluntad propia. Ellos parten porque sus vidas están amenazadas. Se necesita mucho coraje y sacrificio para tomar esa decisión. Al mismo tiempo, podemos observar que muchos países europeos que están acogiendo a los ucranios rechazaron aceptar refugiados durante la crisis de 2015. En ese momento 1,3 millones de personas dejaron sus países, reclamaron asilo en Europa y fueron totalmente rechazados por la mayoría de los países de Europa en casi cualquier circunstancia. Ellos fueron empujados hacia áreas peligrosas e incluso hasta el fondo del mar. En paralelo a nuestra simpatía y apoyo, hay una gran cantidad de discriminación y prejuicio. En mi opinión, esta discriminación y este prejuicio es la causa principal de que ocurran guerras. No es aceptable. Los países que antes rechazaron refugiados y ahora los aceptan de forma selectiva son una vergüenza.

P. ¿Ayudaría a frenar la guerra si el Gobierno chino no diese apoyo a Putin?

R. El Gobierno chino siempre ha mostrado una posición relativamente conservadora en política internacional. En el Consejo de Seguridad de la ONU, China siempre ha apoyado la no intervención en asuntos internos y de soberanía nacional de otros países. China siempre se ha decantado por una actitud de rechazo, no solo a la guerra ruso-ucrania, sino también hacia las guerras de Irak, Afganistán y las sanciones contra Irak. Sin embargo, China y Rusia son socios estratégicos. En la política actual, ellos necesitan cooperar estrechamente para compensar los conflictos ideológicos con la sociedad occidental. China considera estos conflictos como una amenaza a su seguridad nacional. La relación de China con Rusia no tiene que ver con preocupaciones morales o ideas, sino con estrategia y pragmatismo. Rusia necesita a China porque es la segunda economía del mundo, de igual modo la dependencia de China del petróleo ruso les hace socios comerciales naturales. La actitud china hacia Rusia tiene impacto, pero no es el factor decisivo. El principal es la posición de Putin y los principios nacionalistas que ha ido construyendo a lo largo de los años.

P. ¿Emergerá China como una potencia más fuerte y poderosa tras esta guerra? ¿Cuáles serán las próximas potencias?

R. Europa no será la ganadora. Ucrania está destruida. Rusia afrontará un tiempo duro de recuperación con dificultades internas y externas. Los beneficiarios reales serán China y Estados Unidos. China se desarrollará a la gran velocidad de siempre y continuará buscando oportunidades de crecimiento. El principal rival de China seguirá siendo Estados Unidos.

P. ¿Están en riesgo las democracias occidentales?

R. Creo que la democracia de Occidente es un concepto que ha sido muy restringido y descentralizado. Ayudó efectivamente en las anteriores décadas a alcanzar paz, estabilidad y prosperidad, pero este concepto tiene puntos débiles en el nuevo sistema de valores del mundo globalizado. ¿Es la democracia occidental una democracia en verdadero sentido? ¿Están garantizados los aspectos más básicos de una democracia, libertad de expresión y de información? Todas estas cuestiones están hoy bajo examen. En muchos aspectos, Europa y Estados Unidos no pueden lidiar con las dificultades y contradicciones que se encuentran. Mientras estas cuestiones no se responden y estos problemas permanecen sin resolver, Europa difícilmente podrá ser una comunidad y estará muy dividida. Estados Unidos y Europa no pueden justificar sus críticas a los países con características autoritarias como China o Rusia. Sus condenas de violaciones de derechos humanos, libertad de expresión y libertad de prensa no son convincentes. Estados Unidos y Europa han violado estos principios ellos mismos a través de la instigación de guerra, la venta de armas y la provocación de inestabilidad regional. En el mundo actual, necesitamos encontrar valores comunes. Eso debería ser la base de la resolución de conflictos. Sin valores comunes, las guerras y los desastres no acabarán nunca.