Nacional

Señor Presidente ya párele a las mañaneras, hay un hartazgo nacional: Elena Poniatowska

“Terrible y lamentable que divida a los mexicanos”

Elena Poniatowska Amor es una de las más grandes y destacadas escritoras y periodistas que tiene nuestro país. Aunque por cosas de la vida nació en París, Francia y por convicción propia, escogió la nacionalidad mexicana, expresando un profundo amor y orgullo por México, bendito país -como le llama-, y en donde se ha desarrollado exitosamente.

Sin pelos en la lengua, la también sobresaliente activista, habla fuerte y claro, dice las cosas tal y como son. La verdad es que resulta un verdadero gusto y halago tener la oportunidad de conversar con ella sin que ponga objeción alguna al tocar determinados temas durante el desarrollo de la entrevista exclusiva que me hizo el honor de conceder, inclusive, si tienen que ver con su gran amigo Andrés Manuel López Obrador, actual presidente de la República, a quien le dice de manera directa y tajante: “Señor Presidente, ya párele a las mañaneras porque han provocado un hartazgo y nos tienen a todos al borde de la irritación y confrontación nacional”.

En la intimidad de su hogar, al sur de la ciudad de México y debido a las medidas sanitarias frente a la pandemia, nos sugiere realizar la ser entrevista vía Zoom, aunque manifiesta no estar muy acostumbrada a la modernidad tecnológica. Acompañada por “Baisy”, una hermosa gatita que durante el desarrollo de la charla saltaba una y otra vez a las piernas de la destacada escritora en busca de un cariño o como si quisiera participar en el desarrollo de la misma. Un tanto afligida, confiesa sentirse triste porque eran dos gatitos, sus mascotas, el otro, era “Monsi”, que un día salió de la casa para nunca más volver.

Elena Poniatowska ha sido multi galardonada como justo reconocimiento a su brillante trayectoria como escritora y periodista. Fue la primera mujer en obtener el Premio Nacional de Periodismo en 1979 y tres décadas después, se convirtió en la primera mexicana nominada al Premio Príncipe de Asturias de las Letras en noviembre de 2013. En 2014, recibe la Medalla Bellas Artes, máxima condecoración que otorga el Instituto Nacional de Bellas Artes, entre otros muchísimos más.

La verdad, Elena Poniatowska impresiona por su vitalidad y sentido del humor, no obstante que el próximo 19 de mayo estará cumpliendo 89 años de edad y una exitosa actividad literaria y periodística. Dice verdades de a kilo: “Las mañaneras son innecesarias y hasta contraproducentes. Un auténtico abuso del poder presidencial obligar a periodistas que vayan todas las madrugadas hacer preguntas a modo”.

Además, sostiene que es terrible y muy lamentable que el presidente Lòpez Obrador divida a los mexicanos, pero también, manifiesta no encontrar explicación alguna o el por qué, casi la mayoría de los más cercanos colaboradores del presidente sean de la tercera edad, con lo cual, ya no pueden rendir de manera eficaz, tal y como lo exige la actual situación que vive el país.

Amable en su trato, sencilla, educada y dueña de una memoria privilegiada, nos revela que en ocasiones ha sentido que su amigo de toda la vida Carlos Monsiváis “Monsi”, ya viene por ella, pero que aún, no se le pega la gana morirse.

– ¿Cómo le va en la vida?
– Me va muy bien muchas gracias, pensando que estoy a punto de cumplir 89 años de vida…

– No me diga eso por favor, aún tiene mucha energía y mucho que escribir…
– Mire Edmundo, son muchos años los que he vivido, sigo trabajando con un enorme gusto a pesar de un grave problema que tengo en la vista.

– ¿Una brillante escritora como usted tiene caducidad?
– Ja, ja, ja, que generoso y caballero es conmigo, mejor dígame ¿Cómo está usted Edmundo?

– ¿De dónde saca tanta energía, hace televisión, escribe libros, artículos en periódicos y dicta conferencias?
– Pues no lo sé!! La verdad no lo sé, quizás, es una inercia del mismo trabajo que realizo. Aquí sigo encerrada en casa trabajando en mi nueva novela y haciendo mucho periodismo.

– ¿Qué se siente ser tan admirada por miles de lectores que tiene por sus libros y trabajos periodísticos?
– Eso que usted dice, me llena de alegría y me da mucha fuerza para todo lo que viene en este año que inicia.

– ¿Le molesta que le reconozcan su trabajo?
– No es eso, dice el refrán: “Entre gitanos no se leen las cartas”. Usted y yo sabemos perfectamente que la escritura es totalmente solitaria. Es estar completamente encerrada en una casa, entonces, esa percepción que usted tiene de mi persona y que me transmite, me llena de enorme gusto pero no la vivo.

– ¿No sale para nada de su casa?
– Si antes de la pandemia no salía de mi casa, ahora mucho menos. Si acaso llego a salir, voy al súper para comprar mi despensa.

– ¿De verdad hace fila para pagar en cajas?
– Claro! al igual que todos estoy en la fila esperando para que el cajero o la cajera me cobren. En ningún momento he sentido esa sensación de la que me habla, bah, ni que fuera estrella del cine o de la televisión.

– ¿Qué siente cuando llegan a identificarla en la calle o en el supermercado y le piden tomarse una foto con el celular?
– No pues siento muchísimo gusto y agradecimiento. Me da un gusto enorme porque no son multitudes a mí alrededor…

– ¿Me quiere decir que usted no es una “diva” del cine?
– No soy una estrella como lo fue en su momento Silvia Pinal o María Félix.

 

Llegué a Excélsior a mediados de 1953, por cierto, eso, siempre me lo recordaba Monsiváis.

 

– Ya que menciona a María Félix en entrevista que le hice para la revista Siempre, “La Doña” tuvo palabras muy halagadoras para usted…
– Sí, recuerdo muy bien la entrevista sensacional que usted le hizo a María Félix, pero ella también quería mucho a Carlos Monsiváis…

– ¿Pero solamente eran buenos amigos..?
– En efecto, porque el gran amor de “La Doña” fue Renato Leduc, quien estuvo con ella hasta el último momento, siempre la quiso mucho y la admiró.

– ¿Existía una relación sentimental entre ellos?
– María expresaba frecuentemente que deseaba que Renato Leduc le propusiera matrimonio, era muy ocurrente y chistosa.

– Bueno Monsiváis siempre fue fiel a su forma de vida…
– Monsi la visitaba frecuentemente, comía y cenaba con ella.

– ¿Con cuál de los escritores e intelectuales no se llevó bien “La Doña”?
– Con el único que no se llevó pero nada bien, fue con Carlos Fuentes…

– ¿Por qué…?
– Porque no le gustó para nada una obra de teatro que escribió sobre ella y Dolores del Rio que se llamó “Orquídeas a la Luz de la Luna!”, María se sintió ofendida por esa obra de teatro…

– María Félix tenía su carácter…
– En efecto, su respuesta no se hizo esperar y calificó a Fuentes como “Mujerujo”

– ¿Elena Poniatowska cómo le hace para no perder la sencillez?
– El hecho de ser periodista le baja a uno los humos. Mire Edmundo, usted y yo sabemos que por el simple hecho de ser periodistas, estamos condenados a la espera de un ministro, de un secretario de estado, inclusive, del personaje al que se va a entrevistar.

– ¿Somos lacayos del periodismo?
– Ja, ja, ja no tanto, pero sí. Es una posición subalterna, sobre todo, si uno quiere una entrevista como le llaman los norteamericanos of pro file, es decir, un poco más larga con una hora o dos de duración…

– ¿Cuántas veces batalló Elena Poniatowska para lograr una entrevista exclusiva?
– Uff, muchísimas veces. Recuerdo que con Luis Buñuel lo busque en repetidas ocasiones para completar algunos temas, algunas preguntas o respuestas que fueran más exactas a lo que me había dicho inicialmente.

– ¿Las grabadoras nos convierten a los reporteros en comodinos o flojos para hacer una entrevista?
– Vaya que buena pregunta. Déjeme decirle que yo me inicié equipada con una libreta de taquigrafía y un lápiz.

– ¿Cuando se inició como reportera en Excélsior sabía taquigrafía?
– No hombre! No es que yo supiera mucha taquigrafía sino que escribía absolutamente todo lo que rodeaba a mi entrevistado, de cómo iba vestido, los movimientos de sus manos, sus gestos, etc.

– ¿Gracias a la tecnología nos facilita un mejor desempeño en esta bendita profesión?
– En ese tiempo no se usaban tanto las grabadoras, creo que estos magníficos aparatitos nos han ayudado muchísimo a los reporteros, porque era y es imposible que el entrevistado exprese que no había dicho tal o cual cosa, y ahora, ya hay un registro de audio.

 

“… recuerdo que me dijo (Gabriel García Márquez) que estas grabadorcitas perjudicaban muchísimo al periodista…”

 

– ¿Cómo eran las grabadoras que usted empezó a utilizar en sus entrevistas?
– Eran un tanto estorbosas y enormes. Ahora hay unas grabadoras muy pequeñas y muy funcionales, usted seguramente ha tenido algunas. Recuerdo que Gabriel García Márquez –Intempestivamente, Elena Poniatowska se levanta del sillón en donde ha permanecido sentada durante el transcurso de la entrevista, con cierto esfuerzo estira su brazo derecho para alcanzar una diminuta grabadora y mostrarla a la cámara de su laptop y me dice: – “Esta grabadorcita me la regaló mi amiga Marta Lamas. Mire Edmundo el tamañito que tiene pero graba a la perfección.

– Me iba a contar algo sobre García Márquez…
– Ah sí, recuerdo que me dijo que estas grabadorcitas perjudicaban muchísimo al periodista porque cuando una hacía sus entrevistas de oídas y solo ayudado por una pluma, un papel o libreta, lo realizaba muchísimo mejor porque uno retenía lo esencial, mientras que después, uno se sentía obligado a escuchar entrevistas demasiadas largas y dejaba ir lo central.

– ¿Elena Poniatowska la periodista, cuántas veces se llegó a equivocar?
– Uy, muchas veces porque describía demasiado, la casa o la belleza de Mercedes, la esposa del Gabo. (Gabriel García Márquez)

– ¿Quién se negó ser entrevistado por Elena Poniatowska?
– Ay Edmundo, siempre que vienes a entrevistarme, eres el único reportero que me hace hablar como cotorra, te metes hasta la cocina, haces preguntas que no me esperaba pero me gusta mucho tu astucia. Bueno, como ya sabrás, me inicié como reportera de Excélsior, cuando ni siquiera habías nacido. Llegué a Excélsior a mediados de 1953, por cierto, eso, siempre me lo recordaba Monsiváis.

– ¿Cuál fue su primera nota en Excélsior?
– Me inicie en la sección de sociales que dirigía una periodista que ha sido injustamente olvidaba: ”Bambi”, Ana Cecilia Treviño, que fue la esposa del pintor Alberto Gironella. “Bambi”, le dio un nuevo sesgo a la sección de sociales…

– … ¿Era una sección aburrida?
– Es que antes salían puras novias, puras fiestas de quinceañeras, cocteles de políticos que se exhibían ahí, entonces, Bambi cambio todo e hizo que interviniera la cultura en su sección, con las colaboraciones de destacados críticos de arte. Me acuerdo de Margarita Nelker, quien tenía muchas dificultades para ver y utilizaba unos enormes lentes cuyos cristales eran como de fondo de botella. Las transformaciones que hizo Bambi a la sección de sociales de Excélsior, fueron seguidas después por otros diarios de circulación nacional.

– ¿Recordar es vivir?
-Me acuerdo que su tocayo, el cuentista Edmundo Valadez, fue un espléndido director de la sección en los años 50. Posteriormente, María Luisa “La China” Mendoza hizo extraordinarias reseñas de lo que había sucedido en Tlatelolco en 1968, narraciones estremecedoras, de cómo había visto ella, correr a los estudiantes y cómo se escuchaban los disparos y los impactos en los edificios.

– La Noche de Tlatelolco, fue un magnífico libro suyo…
– Pues gracias a “La China” Mendoza, dado que en ese entonces ella vivía ahí, me llevó la mañana del 3 de octubre y las fosas prehispánicas que hay en el parque Santiago Tlatelolco, estaban cubiertas de zapatos de mujer, así como zapatos y tenis de los muchachos que se habían echado a correr.

– Cuando estuve en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, don Alejandro Avilés, nos ponía a leer “La Noche de Tlatelolco”…
– Alejandro Avilés fue un extraordinario maestro de jóvenes y un buen director de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, la mejor escuela para ser periodista, misma que rivalizó con la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM.

– ¿No me ha dicho quién fue el personaje que se negó ser entrevistado por Poniatowska?
– En general, nadie se negó porque en ese tiempo era un género periodístico muy novedoso. “Bambi”, fue quien inicio este tipo de entrevistas en Excélsior y me gustaban muchísimo.

– ¿Por qué las entrevistas de Poniatowska eran tan exitosas?
– En esa época, las entrevistas se hacían por teléfono y me di a la tarea de ir a las casas y oficinas para platicar con cada entrevistado, eso, fue algo que llamó mucho la atención. Recuerdo que ningún reportero podía ir a la casa de Antonio Ortiz Mena. Este señor nunca abrió la puerta de su casa a ningún periodista, solamente recibía en su oficina como Secretario de Hacienda con el presidente Adolfo López Mateos.

– ¿Cómo logró convencerlo para que la recibiera?
– Me dijo que no quería que enumerara los cuadros de Diego Rivera, ni del Dr. Atl, mucho menos los de José Clemente Orozco, en fin. Había personajes políticos muy destacados que recibían, incluso y en un momento dado, a los pintores pagaban sus impuestos en especie, es decir, con cuadros que tenía en su sala.

– ¿Caray, cuántas historias hay dentro de su cabeza?
– Uff, Edmundo usted me da cuerda y no paro de hablar.

La entrevista por la que siempre he sentido mucho cariño, es la que le hice a Luis Buñuel.

– ¿Cuál fue la entrevista que la marcó para siempre?
-La entrevista por la que siempre he sentido mucho cariño, es la que le hice a Luis Buñuel…

– ¿Qué tenía Luis Buñuel si decían que tenía un carácter de los demonios?
– Lo entrevisté varias veces, en una de esas, su amigo, el poeta colombiano Álvaro Mutis estaba en la cárcel de Lecumberri. Buñuel me dijo que quería ir a verlo y como sabía que yo escribía historias de vida, con el permiso del general Martin del Campo, un militar extraordinario y atento, me pidió que lo acompañara, así es que fui con él en dos ocasiones, incluso, comimos con Mutis.

– ¿Qué comieron?
– Uyy… Compartimos el famoso “rancho”, que es la comida que le sirven a los presos. Era un caldo de res con un hueso enorme, estando comiendo, llego un “conejo”, eran los presos reincidentes, llega y mete la mano a mi plato y me roba el hueso…

– ¿No le hizo nada a usted?
– No! como a la hora regresa “el conejo” con el hueso pero ya había tallado en el hueso la imagen de una Virgen de Guadalupe.

– ¿Cuál fue la reacción de Luis Buñuel?
– Ay Edmundo, no tiene idea cómo se emocionó Buñuel, desgraciadamente, no encuentro esa Virgen de Guadalupe, la tenía en la sala de mi casa, caray, es una pérdida enorme, es un muy valioso recuerdo. Era una verdadera obra de arte.

– ¿Estando en Lecumberri qué más hicieron?
– Buñuel pidió permiso para ir al patio en donde hacían ejercicio los presos, pero solamente para preguntar si era verdad que había enormes cantidades de ratas y quería verlas, los mismos reclusos le decían a Buñuel, una y otra vez, que en la calle había muchísimas más ratas y hasta de dos patas y que adentro, solo había mucha gente inocente.

– ¿Pero no me ha dicho si era tan difícil entrevistar a Luis Buñuel?
– La verdad, era un encanto, aunque siempre colocaba su mano derecha detrás del oído porque no escuchaba bien. Decían que era muy enojón, pero la verdad, tenía mucho sentido del humor y siempre lo acompañaba su mujer Sandy Buñuel, siempre que lo entrevistábamos, ella decía que mientras, se iba a dar la vuelta por Félix Cuevas en la colonia del Valle.

– ¿Una mujer amable?
– Sí, había sido gimnasta y bailarina. Por cierto, muy cerca de su casa había una tienda que se llamaba De Todo, donde vendían ratones blancos, al término de la entrevista, Buñuel me decía que nos fuéramos a ver los ratones blancos, y ahí estábamos asomados a unas enormes cajas de cristal. Esa era la diversión en la que se entretenía Buñuel.

– ¿La verdad no se cansa de escribir?
– Pues no… ¿Y tú no te cansas de preguntar? –Me cuestiona- Bueno, pues yo tampoco me canso, aparte de escribir mis libros, colaboro todos los domingos en La Jornada y también hago entrevistas así como tú.

– ¿A quién le gustaría entrevistar… a Dios?
– Suspira profundamente, me observa detenidamente a través de la imagen de su laptop, se rasca suavemente su frente y tomando aire me responde: Nooo, para nada!.

– ¿Por qué a Dios no?
– Pues porque todavía no me muero y además no se me pega la gana morirme. Me gusta entrevistar a la gente común y corriente, a la que siempre he entrevistado. Algunos me piden que los entreviste…

– ¿Cómo quién…?
-No le digo… pues personas que conozco, ya sea a ellos mismos o a sus familiares pero según las circunstancias y de lo que sucede en ese momento, asì es como hago las entrevistas.

– ¿Cuál fue la última que hizo?
-Entrevisté a Alfredo López Austin, quien está muy enojado y decepcionado con el gobierno de Andrés López Obrador…

– ¿Elena Poniatowska dejará de escribir Hasta no Verte Jesús Mío?
– Dejaré de escribir hasta el último momento porque finalmente es mi oficio y combino el periodismo con los libros de literatura que todavía quiero y pienso escribir, bueno, si es que me da tiempo. Edmundo, recuerda que estoy a punto de cumplir 89 años.

– La verdad es que se ve muy bien y hay Poniatowska para rato…
– Muchas gracias, no cabe duda que usted es todo un caballero.

– ¿Cuál es el próximo libro que está preparando?
– Estoy escribiendo un poco sobre mi familia porque cuando llegué a México, nunca supe lo que era tener un apellido polaco. Estoy escribiendo una novela que se llamará El Amante Polaco, es sobre el último Rey de Polonia: Estanislao Augusto Poniatowsky. Después de él, vino la repartición de Polonia entre Austria, Rusia y Prusia y que ahora es Alemania, con lo cual, desapareció Polonia. Es el único país que ha desaparecido de la faz de la Tierra durante 126 años.

– ¿A qué se debe que en muchos medios ya no les interesa entrevistas de semblanza siendo un género periodístico formidable?
– Más que nada, creo que es una cuestión de espacio. No hay que olvidar que las entrevistas de semblanza siempre son más largas y ahora, se procura meter la mayor cantidad de información muy sintetizada. El Universal es uno de los diarios que aún conserva este género, inclusive, en La Jornada me dan permiso de publicar una que otra entrevista, pero para cualquier otro periódico, se les complica mucho meter entrevistas de este tipo, a menos que sea en suplementos culturales.

– ¿Ya que toca el tema, la cultura quedó rezaga en el ámbito periodístico con la desaparición de las secciones de cultura?
– Son muy pocos los periódicos que las conservan como La Jornada con un semanario y El Universal. En cuanto a los demás periódicos, la verdad no lo sé. Desafortunadamente, también han desaparecido las secciones de sociales, Reforma es uno de los diarios que ya no le da importancia a los sociales.

– ¿Se acabaron los extraordinarios cronistas en los diarios?
– Nooo… todavía existen grandes cronistas tales como Alberto Barranco Chavarría, Miguel Reyes Razo, entre otros muchos más. Recuerdo que cuando estuve en Excélsior en la sección de sociales, justo al año de haber ingresado y cuando me iba ir a trabajar a Novedades, se hacían las crónicas de sociales vía telefónica. En Novedades, doña Rosario Sansores hacía unas extraordinarias crónicas y muy puntuales, a quien la calificaban de cursi y poeta. Ahora, a los periodistas desde Palacio Nacional se les califica de “fifís”.

 

… Las mañaneras son innecesarias y hasta contraproducentes…

 

– ¿Elena Poniatowska es una periodista “fifi?
– Es un terrible y muy lamentable error del presidente López Obrador dividir a los mexicanos entre “fifís” o “chairos”.

– ¿Con qué fin lo hizo?
– Pues no lo sé. Elena Poniatowska sí es una periodista “fifí”… ¿Y…? Hasta un título tengo porque ni siquiera nací en México, Nací en París, Francia y mi apellido proviene de Polonia, pero amo tanto a este bendito país, que adopté la nacionalidad mexicana y es un gran orgullo para mí.

– Siendo una periodista “fifí”, ¿qué le hizo seguir, apoyar y hasta defender a AMLO?
– En efecto, soy una de las muchas “fifís”, como él nos califica, que lo siguió y que deseó que llegara hasta la Presidencia de la República y se alegró enormemente cuando ganó las elecciones.

– ¿López Obrador le ofreció que si llegaba a la presidencia, usted sería Secretaria de Cultura, una promesa incumplida?
– Se queda pensativa, en sus labios expresa una ligera sonrisa y con voz pausada me dice: “Eso era imposible por el rango de edad. Un Secretario de Estado tiene que estar muy alerta, con una edad mental en la que no se le vaya absolutamente nada y que las cosas no le cuesten tanto trabajo.

– ¿Qué le pasa al presidente López Obrador, la mayoría de sus más cercanos colaboradores son de la tercera edad?
– Pues ni yo misma me lo explico. Para ocupar un cargo de tal importancia no debería escoger a personas para dirigir una Secretaría de Estado o de enorme responsabilidad y delicadeza si físicamente han rebasado la edad en la que pueden demostrar una absoluta y total eficacia, casi todos ya son de la tercera edad.

– Elena Poniatowska goza de una gran lucidez y podría asesorarle, AMLO dice que es el presidente de la República más atacado en toda la historia…
-Eso no es cierto. Lo que sucede, es que él mismo se expone al ataque al hablar todos los días en las “mañaneras”.

– ¿Ya chole con las mañaneras?
– Estoy plenamente convencida que es un exceso del presidente López Obrador con tantas mañaneras, es un abuso del poder presidencial obligar a los periodistas que vayan todas las madrugadas hacer preguntas a modo.

– ¿A lo mero macho, son tan necesarias e indispensables las mañaneras?
– Las mañaneras son innecesarias y hasta contraproducentes.

– Se supone que el presidente diariamente quiere informar algo nuevo…
– No puede haber una noticia nueva día tras día, siempre repite lo mismo

– Hay más de 50 millones de mexicanos que trinan contra AMLO…
– Y con justa razón, se ha llegado a un grado de hartazgo nacional y de cansancio.

 

“Es un terrible y muy lamentable error del presidente López Obrador dividir a los mexicanos entre “fifís” o “chairos”.”

 

– ¿Si pudiera hablar con él que le diría o aconsejaría?
– Le diría: Señor Presidente, ya párele con las mañaneras ¿Acaso no se da cuenta que hay un hartazgo nacional?

– ¿Usted cree que el presidente sea un poco más mesurado y las mañaneras sean una vez a la semana o cada 15 días?
– No, no lo creo, pero todo es posible.

– ¿Cuando lo critican, dice que son parte de la mafia del poder, periodistas fifís conservadores..?
– El Presidente debería estar abierto a la opinión de periodistas como Jorge Zepeda Patterson, Jorge Fernández Menéndez y otros más, que son excelentes críticos y muy justos.

– ¿El Presidente cree que todos sus críticos son totalmente viscerales?
-Es que el presidente López Obrador está en un tremendo error al pensar que sus críticos están llenos de odio, de saña y con intenciones oscuras.

– ¿Con el simple hecho de criticarlo cree que le exigen su renuncie?
– No! al contrario. Debería aceptar el buen consejo, porque la verdad, los he leído y debería tomar sus buenos consejos.

– ¿Usted que es su gran amiga, porque no le aconseja?
-E s que no le hace caso a nadie. Ahora es sumamente más difícil acercársele, verlo y hablar con él.

– ¿Qué giro debería darle el presidente a las mañaneras?
– Darles un mayor sentido de información, una vez a la semana y con eso basta…

– ¿Un desgaste innecesario y de confrontación?
– Exacto, es que el presidente López Obrador ya nos tiene a todos al borde de la irritación social.

– ¿Usted que ha vivido muchos sexenios presidenciales, el actual es donde se registra este lamentable divisionismo y confrontación social?
– Sí, sin duda. Antes había confrontaciones y no obstante que desconozco a fondo la gestión de cada presidente que ha tenido México, pero sí, creo que no es necesario que se exponga cada mañana y en la forma en que lo está haciendo el presidente López Obrador.

– ¿Hasta dónde puede y debe soportar “la “fuente” presidencial este tipo de embates?
– Es que no es posible que los periodistas estén todos los días saltando en Palacio Nacional, corriendo con la lengua de fuera en la madrugada para que los dejen entrar.

– ¿Será a propósito?
– Eso, es un elemento de irritación y no solamente de irritación sino también de equivocación.

– ¿Un grave y doloroso deterioro de la imagen presidencial?
– Es que las mañaneras se han convertido en una comedia de equivocaciones desde el emblemático Palacio Nacional y además, en nada le favorecen ni al propio presidente ni mucho menos al país.

– ¿Es válido que el presidente utilice toda la fuerza que le da la investidura que representa para denostar y destruir a quien no concuerde con él?
– No! yo creo que cualquier ser humano finalmente es indestructible al menos que quiera que lo destruyan y tenga esa capacidad de auto eliminarse.

– ¿Está de acuerdo conmigo que un ciudadano común y corriente o periodista jamás podrá con la fuerza presidencial?
– No, la vida y el desarrollo del país no estriba en el diálogo entre el presidente y los periodistas sino que está en los hechos, en lo bien que puedan hacer sus artículos los periodistas. Mire Edmundo, me concentro en el tema de los periodistas porque usted y yo lo somos desde hace mucho tiempo, pero también, en lo bien que pueda conducir al país el presidente, porque eso es finalmente lo que todos deseamos.

– ¿Los medios deben ocultar errores y defectos para agradar al Presidente?
– No, no queremos que se escondan los defectos ni los errores que cometa el presidente, mucho menos, lo mal que está el país.

– ¿Y en cuanto a la corrupción en los periódicos y medios?
– Siempre se ha hablado de la corrupción en los periódicos y de las enormes tajadas que recibían quienes cubrían las fuentes de la presidencia.

– ¿Por dónde empezar para sanear todo?
– Uff, lo que hay que sanear, es todo el mundo del periodismo.

– ¿Los periodistas somos los chicos malos de la película?
– Claro que no. Lo que también hay que sanear y aún es muchísimo más grave, es el mundo de la política que está completamente corrompido.

– ¿Cómo detectar cuando un periodista es corrupto?
– Mire Edmundo, usted y yo sabemos perfectamente cuando un periodista es corrupto y hasta cuando utiliza su periódico para fines personales. Todo mundo recuerda que Carlos Denegri…

– ¿Usted lo conoció?
-Cuando ingresé a Excélsior hace más de 50 años, Denegri ya era un periodista corrupto, así como Julio Ernesto Teissier, incluso, periodistas de sociales aprovechaban su situación para ganar mucho dinero, todo eso, ha sido una lección aprendida y debemos sacar conclusiones de ello para salir adelante, con otra manera de hacer periodismo, pero tampoco la solución son las mañaneras.

– ¿En México es delito ser periodista?
– No, no y no. Creo que un periodista es un informador y un hombre profundamente enamorado de su país. Digo que ama a su país porque sigue paso a paso sus acontecimientos día tras día y es un participante en la vida social, pero sobre todo, al servicio de sus lectores, lo cual, es un enorme privilegio.

– ¿De verdad, los premios nacionales de periodismo son el mejor estímulo para un periodista?
– Nooo, el mejor premio es saber que tiene seguidores, que lo leen, que es muy respetado y que goza de cabal credibilidad.

– ¿Para Elena Poniatowska qué significa ser periodista?
– Vaya que pregunta. Para mí, me honra mucho ser periodista y pertenecer a un periódico considerado de “izquierda” como lo es La Jornada.

– ¿A Lòpez Obrador le puede suceder lo mismo que a Trump, que las redes sociales le dieron la espalda?
– No lo sé porque no soy pitonisa… Nunca podría comparar para nada a Andrés Manuel López Obrador con Trump. Andrés Manuel es un hombre que està cerca de los pobres, absolutamente auténtico cuando dice que primero los pobres.

– ¿Existe el peligro que se le vaya el país de las manos al Presidente?
– No, no lo creo y digo que no porque justamente México es un país de iluminados, existen hombres y mujeres muy valiosos.

– ¿No es mejor que el presidente lleve la fiesta en paz con los medios y deje de estar denostando a medios como ReformaEl Universal y hasta con periodistas como Ciro Gómez Leyva?
– Creo que el presidente tiene amigos entre los periodistas como Carmen Lira, directora general de La Jornada, quien es su amiga personal y muy querida por él.

– ¿De verdad el presidente tiene amigos?
– Recuerdo que años atrás, muchísimo antes que fuera presidente, nos reuníamos en la casa de Lilia Pérez Gay, esposa de José María “Chema” Pérez Gay, y también con su amigo Héctor Aguilar Camín…

– ¿No obstante que a Héctor Aguilar Camín lo haya tundido últimamente…?
– También es muy amigo de Ángeles Mastreta, quienes ahora están en la oposición. En esas reuniones se hablaba mucho de acontecimientos políticos y daban su opinión gentes de primera.

– ¿Usted cree que el Presidente escuche el consejo de sus antiguos amigos?
– Ojalá que ese consejo de gente participativa y amorosa de la patria pudiera seguir y reanudarse porque fue muy positivo en su tiempo.

– ¿Al Presidente le urge un buen asesor y hasta un buen vocero?
– Creo que en Jesús Ramírez Cuevas tiene a un buen asesor. Carlos Monsiváis lo estimaba, lo promovía mucho y se lo recomendó a Andrés Manuel.

– ¿Entonces, qué es lo que le está fallando al vocero presidencial?
– Jesús es un hombre inteligente, capaz y honrado, lo cual, es muy importante. Creo que habría que encontrar una manera de reunirse, pero sobre todo, que los jóvenes, los estudiantes, los universitarios de cada facultad, que se escogieran a jóvenes para que ellos participaran en mañaneras, jóvenes capaces que aporten sus ideas.

 

… Es que las mañaneras se han convertido en una comedia de equivocaciones desde el emblemático Palacio Nacional…

 

– ¿De verdad, cree que podría existir una apertura para muchachos de universidades públicas y privadas?
– Claro que sí y no solamente de la UNAM, incluso, de provincia para que el presidente escuchara esas voces nuevas.

– ¿Es verdad que en México sólo hay intelectuales y escritores orgánicos e inorgánicos, tal y como lo dijo Andrés Manuel López Obrador?
– Que me disculpe Andrés Manuel, pero no entiendo y no sé lo que quiso decir. Es como si hablara de la basura y en México existimos pensadores que amamos este gran país que rechazamos la enorme y perversa desigualdad social que existe a lo largo y ancho del territorio nacional.

– ¿De veras existe la democracia o de plano la estamos improvisando?
– Bueno, la democracia la tenemos que hacer nosotros mismos. Democracia es que la gente tenga las mismas oportunidades, cosa que no sucede ahora. Todos sabemos que en México hay chanchullos, robos, funcionarios que son ratas, lastimándose unos a los otros.

– ¿Incluyendo la guerra despiadada entre los integrantes de Morena?
– Bueno, pues esa es una manera de destruir todo. La gente se divide y derrota todas las aspiraciones, eso es lo que ha sucedido con Morena, tristemente se convirtió en refugio de caníbales políticos y más que refugio de caníbales, son puras hienas y chacales que se están matando unos a otros a dentelladas, está corriendo la sangre por todos lados, además, no ha hecho gran cosa o casi nada por la gente y se aprovechan de la imagen de López Obrador.

– ¿Cuál es el mejor partido político que hay en México?
– Que pregunta tan difícil me hace, yo soy una periodista como tú y no una politicóloga. El PAN no ha demostrado ser mejor que el PRI. ¡¡¡No cabe que la política mexicana es un asco!!! Ay Edmundo, soy una periodista como usted y me hace hablar como cotorra, pero me encanta que haga tantas preguntas… ¿acaso no se cansa? Jajá.

– ¿Al final del túnel hay una luz?
-Pues sí, pero al final viene un ventarrón y apaga la veladora. No hay que olvidar que el sol sale para todos por muy tarde que amanezca. Habemos mucha gente que estamos muy tristes y deprimidos por todo lo que nos está pasando.

– ¿Qué opina de la designación de Delfina Gómez como Secretaria de Educación?
– Solamente la vi una sola vez, y eso, porque coincidimos en un autobús.

– ¿Cómo le ha afectado la pandemia?
– Uff, pues muchísimo y más por mi edad. Tengo que estar completamente encerrada, pero eso no me impidió ir a Mérida en donde vive mi hija Paula. Toda la gente de Yucatán es muy ordenada y disciplinada con el cubre bocas. Un lugar tan civilizado por toda su cultura. Por cierto, lamento mucho la pérdida física del maestro Armando Manzanero, un hombre extraordinario, así como de Hermilo Abreu Gómez, un destacado cuentista y gente muy valiosa, ambos eran originarios de Yucatán.

– ¿Cómo vive estos días de confinamiento por el Covid?
– Bueno, pues primero desayuno lo que me prepara Martina, la chica que trabaja conmigo desde hace años, es un encanto y se preocupa tanto por mí. Una chica oaxaqueña, No sabes, es la cocinera más deliciosa que cualquier chef francés. A las ocho de la mañana me sirve un café delicioso de olla con un pan tostado.

– ¿Se deja chiquear?
– La verdad es que sí. Soy una mujer muy consentida y privilegiada.

– ¿Tiene tiempo para ver televisión y que programas prefiere?
– Solamente por las noches. Algunas veces veo Canal 14 y TVUNAM, pero también, me asomo a Canal 22 que es el canal de la cultura porque ponen películas que me entretienen mucho.

– ¿Pues a qué hora se duerme…?
– Uyy, no me lo va a creer, pero me duermo pasaditas las doce de la noche.

– ¿Ya entró a la modernidad de las diferentes plataformas en video?
– Sí, claro, me gusta ver documentales en Netflix porque es una manera de nutrirme, además, me encantó la serie Monarca, un trabajo muy bien hecho y estoy esperando ver la segunda etapa porque me quedé con ganas de ver más.

– ¿No se asoma a la televisión comercial?
– Hay muchas cosas que valen la pena…

– ¿Cuál es el noticiero que ve?
– Soy una fanática de Carmen Aristegui, y a veces, veo el noticiero de Ciro Gómez Leyva.

– ¿De verdad, piensa que Carlos Monsiváis ya viene por usted?
– En repetidas ocasiones he sentido que Monsi ya viene por mí, pero aún no se me pega la gana morirme y le digo que me espere otro tantito.

 

El periodista Edmundo Cázarez con Elena Poniatowska.

 

– ¿Qué siente ser entrevistada cuando normalmente usted es la que hace las preguntas?
– Quiero decirte que conocí a Edmundo Cázarez muy pero muy chavito, siempre andaba corriendo por todos lados. Me caía muy bien por su esfuerzo, por su entusiasmo, por su curiosidad de aprender más. Me acuerdo que llegaba sin aliento a “cubrir” las órdenes que le daban en los muchos periódicos en los que ha trabajado y lo hacía con verdadero sentido periodístico y la gran ilusión que demostró a los 16 años de llegar a ser un buen periodista, de informar bien, pero dentro de todo eso, hay un enorme sacrificio y posponer la vida personal. Me siento muy halagada ser entrevistada por Edmundo Cázarez.

– Ups, muchas gracias por sus hermosas palabras, es un inmerecido elogio para mí…
– He leído tus entrevistas y debo reconocer que eres un extraordinario entrevistador, hasta me siento desplazada.

– Por último, ¿escribirá sus memorias?
– Siempre hay algo de uno mismo en los libros que escribe…

– Muchas gracias por su tiempo y paciencia, ¿desea usted agregar algo más?
– La que tiene que dar las gracias soy yo, me dio muchísimo gusto volver a verlo y platicar con usted. Cuente con todo mi afecto y admiración. Lo felicito por el trabajo tan profesional que realiza.