Barcos atestados de pasajeros y largas filas de personas esperando cruzar de Cozumel a Playa del Carmen y viceversa es la estampa diaria, debido a que las navieras que operan la ruta se han negado incrementar las operaciones y prefieren violar los protocolos de seguridad sanitaria.
A cinco meses de la que Comisión Federal de Competencia Económica determinó, de manera preliminar, que en Quintana Roo existe un monopolio en el transporte marítimo, Ultramar y Winjet siguen poniéndose de acuerdo no solo en tarifas, sino también en los horarios de operación.
Eliot Reyes Novelo, empresario y ex director de Ecología del Ayuntamiento de Cozumel, narró cómo el 20 de julio un miembro de la tripulación de Ultramar amenazó con bajar del barco a una mujer adulta que reclamaba la sana distancia. “Aquí no existe eso”, le espetó la empleada a la turista.
Luego de dos semanas consecutivas de que turísticas y habitantes de Cozumel denunciaran las condiciones de hacinamiento en las que se debe esperar un barco a las afueras y el interior del muelle, incluso de los barcos, ninguna autoridades ha tomado cartas en el asunto.
El 17 de junio, la Administración Portuaria Integral de Quintana Roo (Apiqroo), en conjunto con el Ayuntamiento de Cozumel, dieron a conocer que se había llegado a un acuerdo de buena voluntad con las empresas Ultramar y Winjet.
Los más importantes dentro de los seis puntos planteados, era evitar que los barcos fueran atestados, así como incrementar el número de embarcaciones y salidas, sin embargo, el acuerdo no se cumplió.
“Ahora que Playa del Carmen es afectada por el sargazo, debería ser el momento para brillar y no lo estamos aprovechando porque se está dando una mala imagen como destino turístico“, enfatizó.
González Alcérreca dejó en claro que llevan meses planteando la inconformidad a los representantes de Winjet y Ultramar por la falta de conectividad y lo complicado que hace esta situación para todos los sectores económicos del destino.